miércoles, 19 de septiembre de 2012

Adelanto de mi libro "Capitalismo, Socialismo y Poscapitalismo"



PREFACIO.

El pensamiento humano que intenta comprender y proyectar los hechos sociales, convive con un teorema irresuelto.

Por una parte, le resulta difícil imaginar la supresión del Capitalismo. Una y otra vez éste ha sobrevivido con vitalidad no sólo a los embates de sus enemigos, sino también a los fuegos de sus incendios autoprovocados. En cada ocasión que el sistema implosiona por causa de sus desmadres, un nuevo capitalismo emerge sin rendir cuentas, con la mera supresión de alguno de sus protagonistas más repudiables. Al igual que la democracia multipartidista, siempre vuelve aunque nada haya solucionado. Es incombustible.


Por otra parte, a ese pensamiento anticipador, planificador y constructor que nos caracteriza como especie, le resulta difícil imaginar que la sucesión de modos en que la Humanidad ha organizado su producción y reproducción, no nos tenga preparados otros escenarios más evolucionados que el actual, en los que dicha evolución sea algo más que evolución técnica. En una primera aproximación tendemos a pensar que un Capitalismo sabiamente expurgado de sus aristas más filosas y agresivas, podría ser la respuesta. Así pensamos en los momentos optimistas. Pero la desesperanza vuelve pronto, no sólo cuando los ideólogos más conspicuos del sistema nos anatematizan indicándonos que no debemos pretender ninguna reforma, sino también cuando observamos que, pese a sus innegables logros, el sistema, considerado a escala global, parece incapaz de regenerarse.

La lógica más elemental indica que esta doble imposibilidad no se puede mantener. Todo dilema encierra una falta de conocimiento, y es sólo en razón de esa insuficiencia que puede subsistir.

Nos proponemos en consecuencia sumergirnos en el dilema e intentar avanzar en algo.

Una parte no menor del intento estará dada por el cuestionamiento de las definiciones comúnmente aceptadas, tanto del capitalismo como de lo que no lo es, evitando al mismo tiempo los estériles debates conceptuales tan al uso en la jerga posmoderna. Nuestras fuentes, en este sentido, son todavía tributarias de la modernidad que sentimos plenamente vigente, o si se prefiere, clásicas.

Este trabajo no es neutral, aunque trate de ser objetivo.

No es neutral porque contiene, en forma explícita e implícita, la convicción de que el Capitalismo no es ineludible en tanto que sistema final de la Humanidad.

No es neutral tampoco en relación al Marxismo, al que se contrapone en cuanto a la pretensión de éste de constituir el sistema de pensamiento único que pretende haber develado las leyes del Capitalismo, las de su devenir futuro, y las de su superación. Se postula en cambio que dicha tarea está inconclusa. Sin embargo, si esta contraposición o alguno de sus elementos fueran usados como argumento para sustentar posiciones políticas de derecha o de centro, lo serían por error o mala fe.

Aclarar en cambio que también se opone a pragmáticas y oportunistas “terceras vías” sería darles a éstas la importancia que no merecen.

Dicho lo anterior, sólo faltaría agregar entre las advertencias al lector, que las reflexiones aquí presentadas, tienen un alcance limitado. No hay indicaciones para la praxis política. Cuando se intenta esto, el análisis se contamina de finalismo. Sólo se pretende descolocar el debate Capitalismo/Socialismo de la mala ubicación y conceptualización que hoy tiene y que conduce con frecuencia a laberintos de secta. En ese intento se traerán a colación contribuciones de autores que en muchos casos ya se conocen, pero cuyas implicancias han estado subestimadas. Si alguna originalidad se lograra ésta sería más bien el fruto de una particular organización de dichas contribuciones, en la idea de que, vistas desde nuevos ángulos, iluminen aspectos para los que hasta ahora no habían sido tenidas en cuenta.

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